(Marta Jiménez Serrano recita su poema)
[Si me vas a decir:]
Si me vas a decir:
Ángel de amor, ¿no es verdad
que en esta orilla apartada
la luna brilla estrellada
y se respira mejor?
Sabe que soy asmática y alérgica
que en las orillas de los ríos toso
que es famoso
mi pronto repentino, inoportuno
y que prefiero un trino
si sale por las ondas de la radio.
Y si vas a exclamar un socorrido:
Luz de mi vida, fuego de mis entrañas,
pecado mío, alma mía, bo-ni-ta.
Sabe que me apago como una vela
después de un día largo
si me encargo de alguna burocracia
o si estoy muy cansada.
Me pongo insoportable cuando enfermo
y nada me hace gracia de mañana.
Soy muy desagradable algunos lunes.
Jamás hablo
durante el desayuno.
Antes de que profieras:
Yo quiero hacer contigo
lo que en la primavera hacen los conejos,
sabe que no aguanto un festejo por compromiso
ni el pálpito sumiso
a cada rato.
Siempre acato
la máxima vital que inunda el deseo:
que todo lo que veo se vuelva espuma.
Seamos pumas
peleando en la sabana en un cuerpo a cuerpo
sin más conexión astral
que lo que rezuma.
Si vas a contemplarme
y hablarme de mi pupila azul como el cielo,
sabe que es verde clara como la tila
y marrón como el suelo.
Y si vas a decirme
que poesía soy yo
sabe
ángel de amor
corazón de bruma
que poesía soy yo
porque soy la pluma.
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