Anne Carson – Un poema de La belleza del marido (Tradición clásica)

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XI. HAZ LOS CORTES DE ACUERDO CON LAS VIVAS
ARTICULACIONES DE LA FORMA LE DIJO SÓCRATES A FEDRO
CUANDO ESTABAN DISECANDO UN DISCURSO SOBRE EL AMOR

Por qué la naturaleza me entregó a esta criatura; no digáis que fue elección mía,
fui aventurada:
por una suerte de pura gravedad de la existencia misma,
¡conspiración del ser!
Teníamos quince años.
Fue en clase de latín, era el final de la primavera y de la tarde, la pasiva perifrástica,
no sé por qué me di la vuelta
y ahí estaba.
Sabes, dicen que un carnicero zen hace un corte preciso y la res entera se quiebra en pedazos
como un rompecabezas. Sí un lugar común

y no ido disculpas porque como he dicho no fue culpa mía, estaba desprotegida
frente a la existencia
y la existencia depende de la belleza.
Al final.
La existencia no parará
hasta conseguir la belleza y entonces se sucederán todas las consecuencias que conducen al final.
Es inútil interponer análisis
o hacer sugerencias equivocadas.
Quid enim futurum fuit si… Qué hubiera pasado si, etc.
La voz del profesor de latín
subía y bajaba en suave oleaje. Una pasiva perifrástica
puede reemplazar al imperfecto o al pluscuamperfecto de subjuntivo
en una afirmación falsa.
Adeo parata seditio fuit
ut Othonem rapturi fuerint, ni incerta noctis timuissent.
La conspiración estaba tan avanzada
que de no haber temido los peligros de la noche hubiesen capturado a Otón
Por qué tengo
esta frase en la cabeza
¡como si hubiera ocurrido hace tres horas y no hace treinta años!
Sigo desprotegida, es de noche ahora.
Cuánta razón tenían al temer sus peligros

(De Anne Carson, La belleza del marido, 2003)
(Traducción: Ana Becciu)

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XI. MAKE YOUR CUTS IN ACCORDANCE WITH THE LIVING JOINTS
OF THE FORM SAID SOCRATES TO PHAEDRUS WHEN THEY
WERE DISSECTING A SPEECH ABOUT LOVE

Why did nature give me over to this creature – don’t call it my choice,
I was ventured:
by some pure gravity of existence itself,
conspiracy of being!
We were fifteen.
It was Latin class, late spring, late afternoon, the passive periphrastic,
for some reason I turned in my seat
and there he was.
You know how they say a Zen butcher makes one correct cut and the whole ox falls apart
like a puzzle. Yes a cliché

and I do not apologize because as I say I was not to blame, I was unshielded
in the face of existence
and existence depends on beauty.
In the end.
Existence will not stop
until it gets to beauty and then there follow all the consequences that lead to the end.
Useless to interpose analysis
or make contrafactual suggestions.
Quid enim futurum fuit si… What would have happened if, etc.
The Latin master’s voice
went up and down on quiet waves. A passive periphrastic
may take the place of the imperfect or pluperfect subjunctive
in a contrary-to-fact condition.
Adeo parata seditio fuit
ut Othonem rapturi fuerint, ni incerta noctis timuissent.
So advanced was the conspiracy
that they would hace seized upon Otho, had they not feared the hazards of the night.
Why do I have
this sentece in mind
as if it happened three hours ago not thirty years!
Unshielded still, night now.
How true they were to fear its hazards.

(Anne Carson, The beauty of husband, 2000)

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El pasaje de las Historias de Tácito que aparece en el poema trata sobre la rebelión del ejército de Germania. Este es el texto completo y su traducción:

adeo parata apud malos seditio, etiam apud integros dissimulatio fuit, ut postero iduum die redeuntem a cena Othonem rapturi fuerint, ni incerta noctis et tota urbe sparsa militum castra nec facilem inter temulentos consensum timuissent, non rei publicae cura, quam foedare principis sui sanguine sobrii parabant, sed ne per tenebras, ut quisque Pannonici vel Germanici exercitus militibus oblatus esset, ignorantibus plerisque, pro Othone destinaretur.

(Tacitus, Historiae I, 26)

Y hasta tal punto los malvados estaban preparados para la sedición, e incluso los honrados para pasar todo por alto, que el día 14 de enero estuvieron a punto de raptar a Otón cuando regresaba de una cena, pero sintieron miedo por la incertidumbre de la noche, por los controles de soldados distribuidos por toda Roma y porque entre borrachos no es fácil llegar a un consenso. No sentían preocupación por el Estado, al que, sobrios, se disponían a mancillar con la sangre de su emperador, sino que sentían miedo de que en la oscuridad cualquiera que se ofreciera a los soldados del ejército de Panonia o de Germania pudiera pasar por Otón, puesto que la mayoría de la gente no lo conocía.

(Tácito, Historias I, 26)
(Traducción: Antonio Ramírez de Verger)

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Anne Carson, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2020

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